Hay gente que nos pregunta: "¿a qué hora cantan los monjes?". Los monjes no cantamos. No ofrecemos conciertos como si fuéramos un grupo de música pop. Oramos, y queremos hacerlo con cierta belleza, como la que expresan los maestros antiguos en los capiteles del claustro. Y para acercarnos a esa belleza lo hacemos con música, utilizando para ello el canto gregoriano.
Esta breve explicación del monje que guió mi visita al espléndido claustro de la abadía de Santo Domingo de Silos sirvió para definir a la perfección en qué consiste asistir a la liturgia benedictina en ese monasterio. Unas horas antes ya había presenciado el oficio de la hora Sexta que resultó algo decepcionante. El oficio de Vísperas no lo mejoró mucho desde el punto de vista musical. Me sobró en todo momento el órgano que restaba autenticidad al canto gregoriano. Pero como acto de solemnidad litúrgica, con su austeridad monacal resultó sobrecogedor. El canto, que si bien desde un punto de vista estrictamente musical podría dejar que desear, fue en todo momento perfecto marco para otorgar una dignidad inusual a un oficio de Vísperas especialmente solemne por ser a un tiempo Viernes de Cuaresma y festividad de San José. El oficio acabó con la bendición del Santísimo Sacramento y una procesión de los monjes por el interior de la basílica hasta la tumba de Santo Domingo.
Uno no puede más que sentirse privilegiado de asistir a un acto tan bello y austero a un tiempo, tan auténtico, y en este enclave, en el corazón de la tierra castellana.
De Sonic Youth a Canto Gregoriano....
ResponderEliminarEres inconmensurable.
Vicente.