Hace unos días un distinguido seguidor de este rincón de Internet me pidió que explicara qué era eso del "karaoke inverso" que mencionaba en el comentario sobre la exposición "Sonic Youth etc." que todavía estáis a tiempo de disfrutar si podéis acercaros a Móstoles.
Pues bien, el "karaoke inverso" era una instalación que estaba en el interior de una especie de yurta. Vamos, como una tienda de planta circular y techo cónico, parecida a las que usaban los pueblos del Asia Central. La instalación era en teoría interactiva pero una cinta impedía la entrada a la misma. Dentro de esta yurta había una batería, un bajo y una guitarra electrica conectados a sus respectivos amplificadores. Y por unos altavoces sonaba la voz (sólo la voz) de Kim Gordon cantando. Y claro, era un "karaoke inverso" porque en lugar de tener un fondo musical sobre el cual el visitante pudiera cantar, la propuesta era poner música a la voz de Kim. Como los organizadores tíenen serias dudas sobre la habilidad musical de la mayoría de los visitantes, la instalación, supuestamente interactiva, es sólo de ver pero no tocar. Y creo que acertadamente, porque si además del "columpio horrifónico" hubiera que escuchar a algún bárbaro aporreando la batería o manoseando las cuerdas de la guitarra, la interactividad se pondría de manifiesto en la rapidez del resto de los visitantes poniendo pies en polvorosa.
viernes, 26 de marzo de 2010
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Gracias. Aclarada mi curiosidad.
ResponderEliminarBuen tino por parte de la organización acotando la zona.