domingo, 26 de septiembre de 2010

"A saco!!!": Orton revisitado y refrescado

Con Joe Orton suele sucederme siempre lo mismo: cada vez que leo una de sus obras, tanto si es alguna de sus pequeñas novelas, como si se trata de una de esas divertidas obras de teatro que le dieron una fama breve e intensa, acabo pensando que lo mejor de él fue su propia vida. No hace falta más que leer sus diarios, o la biografía que, basada en los mismos, escribió John Lahr ("Prick up your ears"), para caer en la cuenta de por qué aún hoy, más de 40 años después de su muerte, Joe Orton sigue siendo el niño terrible de las letras británicas de los "swinging sixties". O mejor aún, si alguien quiere saber todo esto en hora y media no es necesario que lea tanto: que se acerque a "Prick up your ears" ("Ábrete de orejas" en español), la estupenda película de Stephen Frears (otro niño terrible a su manera) y entenderá por qué me resulta más interesante la vida de este hombre que las obras que le dieron a conocer.



El caso que nos ocupa, es un caso policial y teatral. Su nombre original era "Loot!" (¡Botín!) y fue la obra teatral que propició el despegue de Orton hacia los cielos de la fama. Esta es la segunda vez que la veía y aunque ya disfruté de una versión en catalán hace cosa de una docena de años ("El Botí") ésta versión se beneficia de unas cuantas características que la hacen refrescante. Y empezamos por el título "A saco!!!", más coloquial, pero fácilmente entendible y que nos da una pista sobre lo que vamos a ver. No se trata de una mera traducción de la obra de Orton sino que estamos ante una adaptación tanto espacial, como temporal pero respetando siempre el espíritu trangresor del original. No estamos en la Inglaterra que se debatía entre la mojigatería y la modernidad en los años 60, sino en el Madrid post-boom inmobiliario y eternamente pre-olímpico del 2010. El cadáver de la señora de la clase media inglesa es aquí el de una republicana, una comunista roja de Móstoles. Y aunque se pudiera pensar que con esas licencias se está traicionando el original, en mi opinión es esta actualización la que hace que la obra mantenga todo el espíritu y frecura del original, la que hace que nosotros, como público, entendamos mejor lo que fue "Loot!" en el Londres de los 60.




El texto, por tanto, aunque a veces peque de exceso de vulgaridad, como la del niño que dice "pipí, caca y culo", es en general muy acertado. Siempre me han irritado vulgarismos gramaticales como el laísmo, pero aquí, deliberado o no, se presta a darle sabor local. Y si no... ¿qué hay más madrileño que este fragmento?:




- Señor Peláez ¿me permite abrir la puerta?


- Por supuesto que sí, señora Paty: la permito.




Los diálogos y el movimiento de actores en escena son ágiles y contribuyen a realzar el texto. En cuanto a la actuación en sí, no se si es que los actores tuvieron una mala tarde, pero la encontré un poco torpe, con objetos que se caían a destiempo, algún movimiento un tanto desaliñado... vamos, que no me llevaron con ellos al mundo que Orton nos había puesto sobre a la escena, y siempre me recordaron que yo estaba en el patio de butacas viendo un representación teatral.




En conjunto, un divertimento recomendable para pasar un sábado por la tarde entre risas y para poner un poco de buen humor no exento de crítica a este otoño. Id a ver "A saco!!!". Y después os empapáis de la vida y milagros de San Joe Orton de los Escándalos.




jueves, 16 de septiembre de 2010

Calamaro...on the rock!



15.9.2010. Hacía tiempo que no iba a un buen concierto de rock, y recién regresado de Argentina como estaba, me pareció que esta presentación de Andrés Calamaro podría ser de lo más adecuado para electrizar mi pequeña alma rockera y revitalizarla.




Y no me equivoqué. Calamaro tiene un repertorio amplio y multitud de registros. Lo había visto hace casi veinte años, en unas fiestas de la Mercè cuando se dió a conocer en España con Los Rodríguez, combo hispano-argentino muy popular en su momento y que lanzó a la fama en nuestro país al hasta entonces desconocido Calamaro. Tras veinte años, pero con la seguridad de ir a ver a un músico solvente me acerqué a "La Riviera" a disfrutar de la última encarnación del artista.




Y ya, desde el título de su último disco y la gira, "On the rock", se presagiaba que la cosa iba de eso, de "It's only rock'n'roll but I like it". Teclista como es él, apareció con su guitarra (una Telecaster rockera) al centro de la escena y tras abrir con uno de los temas de su último disco, "Los divinos", sonaron potentes los acordes de un "Jumpin' Jack Flash" que hicieron saltar a un público totalmente entregado desde el principio. Y de este tema tan rollingstoniano, paso al calamárico "El salmón" y aquí no había pasado nada. Era como si su banda se hubiera presentado al concierto como unos nuevos Stones y Calamaro fuera la reencarnación de Keith Richards.




Ya estaban delimitadas las coordenadas del concierto. Un concierto de rock con todas las de la ley, con una banda estupendamente engrasada y con guiños y citas de riffs rockeros, reggaeros... y no tanto: sonaron acordes de "Smoke on the water", se cantaron fragmentos de "No woman no cry" en incluso se adornó "Paloma" con notas del barroquísimo "Canon" de Pachelbel. Todo en clave de rock, saltos sudor, humo... una catarsis rockera, ni más ni menos.




En algún momento, nuestro cantante no estuvo de lo más afinado, sus medio falsetes patinaban... pero ¿quien pone peros a un par de detalles en la vorágine del rock? Nos lo pasamos bien y es lo que importa.




Una fiesta grande, un público entregado y un puñado de excelentes canciones, que en eso, en lo de compositor, a Calamaro no hay quien le tosa. ¿Alguien da más?